Lata de sardinas

Las latas de sardinas fueron hechas para mantener fuera del contacto exterior a estos pescados, con el fin de que duraran más antes de iniciar su natural proceso de putrefacción. Además, la industrialización logró hacer que cupiera la mayor cantidad de ellas en una sola lata con el fin de economizar. Claro está que el objetivo nunca fue que las sardinas se mantuvieran vivas.
Cuando un vehículo choca a 180 kilómetros por hora contra un muro de concreto comprime el interior tanto como lo hace una lata de sardinas. Y el fin nunca es que los ocupantes se mantengan con vida.

En los últimos días vemos como vuelven a ocupar las páginas rojas noticias de jóvenes que en lo que parecía un buen carrete pierden su vida. Tragedia por los padres que se despiertan a las 4 am con la noticia. Trágico también por los amigos, los hermanos, los que no se subieron al auto y perpetuan el sentimiento de culpa. Y claro que trágico por algunas vidas, algunas promisorias y otras no tanto, que por una estupidez se cortaron como una falla en la matrix.

Luego viene la pena, el luto, la conmoción y el actuar de la autoridad, que se refleja en una nueva campaña de volanteo y de repente algo más....pero no mucho más.
El problema es que siempre este periodo post-seguidilla-de-accidentes genera un debate, pero un debate en que nadie clava ningún clavo. Quisiera dar algunas luces de donde está fallando la autoridad(gobierno, municipal, regulatoria, legislativa, etc), para talvez tratar de darle a algún punto:

1. Inexistencia de un sistema de transporte público nocturno. Así es, Santiago, ciudad de 6 millones de habitantes, donde las discotheqs pueden permanecer abiertas hasta las 6 de la mañana algunos días, con barrios de densidad de hasta 95 patentes de expendio de alcoholes(barrio República, por. ej), carece de movilización pública. Nuestro orgullo de Metro cierra sin vergüenza a las 10:30 pm, y los diferentes dueños de lineas de micros dejan las calles libres a las famosas micros piratas, las que totalmente impunes recorren las calles inventando recorridos y haciéndolas más peligrosas. Luego los taxis funcionan con nula regulación, dejándonos la duda acaso es más peligroso andar en taxi o en el auto que maneja un curado.
2. Ausencia de fiscalización. Nadie se entera de que alguien maneja curado hasta que choca. ¿Se han subido al auto de alguien que está curado? Yo sí(autocrítico, pero siempre he dicho que prefiero eso que quedarme sólo en un lugar lejano del centro sin posibilidades de movilización). ¿Han pasado algún susto con carabineros? Yo al menos nada, nunca los he visto, y si los he visto no han parado a nadie. Y para que decir las multas...son un chiste comparadas con muchos otros países, donde incluso pasarse una luz roja puede acarrerar responsabilidad penal.
3. Finalmente esto es imputable no a la autoridad sino que a los miles de padres: Por qué educan tan mal?. Muchos compran indiscriminadamente autos del año a sus hijos, y prefieren hacerse los ciegos antes de imaginarse el peligro en que han puesto sus vidas. Me imagino que muchos se enteraron que sus hijos manejaban curados cuando la siguiente vez que los vieron fue en un ataúd.

Pero parece que el debate ya pasó, se repartió un par de volantes, alguien volvió a decir "si vas a tomar, pasa las llaves", y Chile sigue siendo uno de los países con la más alta de muertes en accidentes de tránsito.