lunes, julio 11, 2005

Políticas Públicas, lecciones que tomar


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Siempre me ha gustado Argentina. Me gustan sus ciudades, me gusta su carne, me gustan sus mujeres, me gusta ese no-se-que que tiene su acento, su creatividad y su emprendimiento. Pero sobre todo esto me gusta el sentimiento de pertenencia a esta especie de madre suprema que es su patria, la patria argentina, y su capacidad de entender las decisiones públicas como parte del bien común.

Resulta, tomando un caso concreto bastante cercano, que en Argentina están muy preocupados de los trastornos alimenticios en sus mujeres más jóvenes, especialmente en la provincia de Buenos Aires. 1 de cada 10 mujeres sufre uno(siendo la anorexia y la bulimia los más típicos), transformando estos trastornos en una verdadera epidemia. Para intentar paliar esta situación, entre muchas otras medidas, se determinó por ley federal que cada tienda de ropa de la provincia tendría que tener por lo menos 6 tallas distintas de ropa, entre la 38 y la 48(al parecer, actualmente es inusual encontrar tallas grandes, lo que acompleja más a las porteñas). Para estos efectos, se creo una “policía de la moda”, fiscalizadores que irán tienda por tienda con una huincha midiendo las prendas, y pasando multas a quienes no cumplan. En estos actos, entre muchos otros, podemos ir identificando una política pública, una política de Estado.

Resulta que al parecer, muy a mi pesar, Chile se fue desmarcando de este modelo en los últimos 30 años. De partida, el principio de subsidiariedad que consagra nuestra constitución, basado en principios individualistas, busca que sea cada persona la que busque individualmente su propio bien y felicidad(the persue of happiness). Yo parto de la premisa de que no existen ideologías malas ni perversas, pero sí equivocadas. En este caso, creo nos presentamos frente a una ideología errónea. El hombre tiene ese instinto de que no puede vivir sólo, sino que requiere principios básicos de comunidad para poder sobrevivir. Por tanto, una ideología que conciba al hombre como él sólo y a nadie más no es posible. Finalmente lo que tenemos es que con el principio de subsidiariedad del Estado no es que las personas opten permanentemente por lo que ellas quieren, sino que esa facultad rectora y de búsqueda del bien común que tenía el Estado ha sido delegada a otros grupos privados, sean estos grandes empresas, medios de comunicación, agencias de publicidad, etc., y estos no cumplen su función de búsqueda del bien común, sino sólo la del propio provecho. Es así como apoyados en estos modelos se han expandido en el mundo contemporáneo epidemias tan indeseables como la obesidad, puesto que el consumo, promotor de este modelo, los lleva a eso. ¿Qué le importa a Kellog’s que un estudio reciente demostrara el enorme riesgo de un niño de caer en obesidad si desayuna todos los días un lato de Zucaritas? ¿O a la Coca Cola Company que consumiendo Sprite Light el riesgo de obesidad sea el mismo o mayor que con una bebida normal? El modelo actual no permite el desarrollo de políticas públicas. Los valores consagrados en nuestra Carta Fundamental son a menudo extremadamente individualistas, y dejan el bien común a un lado.

Yo creo que tanto como nuestros vecinos tienen mucho que aprender de nosotros, y que en este momento somos un modelo para ellos(por ejemplo, en como organizar su Estado en lo práctico-burocrático), nosotros tenemos otras tantas lecciones que no hemos querido aprender. Permitir que nuestra sociedad se estructure finalmente como una gran comunidad no es difícil. Permitamos al Estado cumplir su función dentro de eso.

4 Comentarios:

Blogger Beck said...

"Policía de la Moda" Una idea que de principio suena tonta, pero tiene un uso práctico, aunque parezca tonto.

Buenas ideas tiene los argentinos de vez en cuando. Es verdad que eso deberíamos imitar y no otras cosas...

Bueno. Eso por ahora. Ando en las nubes por la U.

Te leo luego. Adios!
No tomo mas Coca-Cola Light!

3:25 p. m.  
Blogger Juan Enrique said...

ya escribi... anda a leerlo y dime que opinai

8:22 p. m.  
Blogger Alberto Precht said...

mmm no puedo estar m{as de acuerdo, yo creo en un Estado que procure y trabaje como comunidad de comunidades por la felicidad publica, en todo caso entendiendo a lo que vas tenemos que entender que argentina no es buenos aires y que no se cuan nacionalistas sean las personas que viven en el interior o cuanto amen a una argentina que por poco se desarma a pedazos.

3:28 p. m.  
Blogger Ricardo said...

Pienso que tienes razon, sobretodo en lo tocante a lo comunitario, es cierto que los mercados no apuntan a eso, pero no es menos cierto que el pais tiene la suficiente autonomia como para pensar que es lo correcto de una forma democratica y no de una forma tendiente al mercado, donde muchas veces los sujetos politicos son dejados de lado (sistema binominal). Lo cierto es que necesitamos del mercado, y pienso que la mejor solucion es haciendo politicas publicas de conciencia y contra el egoismo, logrando que principios como la igualdad constitucional sean mucho mas valorados en nuestro pais de lo que son ahora. Solo asi podremos contruir verdadera comunidad

9:56 p. m.  

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