El hijo pródigo

Ugh, que fuerte retractarse. Pero pucha, que le voy a hacer...soy FÁCIL jaja.

Muchas gracias por los comentarios, pero especialmente por el mail(almost a tear). Aunque mi interés no es decir "escribo porque el público me lo pide". Jaja, nunca, no va conmigo.
Escribo porque me gusta escribir(y sobre la acusación de "egocéntrico"..sí, me gusta que me lean, sino fuera así escribiría en un diario de vida o algo así), y eso no ha cambiado. Sólo que falta el tiempo, pero parece que el blog de verdad lo leen y eso hace que me dan más ganas de escribir(eso y el hecho de que todos los días se alimentan las razones para escribir...ya parecen estar obesas).

Eso sí, me carga el diseño del blog. Así que hasta poder cambiarlo me tomo un receso.

Nos leemos.

PD1. Lex Hoffman y a quien le interese...mi mail está en mi perfil ;)

Finito

Aunque a uno le cueste aceptarlo, todos los ciclos tienen un fin, y este blog cumplió el suyo.

Suelo dejar las cosas a mitad armada, a su propia suerte, pero esta vez he decidido ser responsable y amarrarla totalmente.
Nos veremos en otro medio, otra vitrina quien sabe.

Saludos a todos, Pedro Pablo

"El príncipe y el mendigo"

La última semana me estuve acordando de mi hermano Santiago. Todo a raíz del ahora célebre Hans Pozo, quien fue segmentado y esparcido por dos comunas. Ambos de no más de 20 años, incluso se parecían en un “rubio a la chilena”. Quitados de bulla, de pocos amigos y más bien callados, empeñosos y, según la gente que los conocía, muy buena gente y agradables de tacto.

Ambos fueron tristemente célebres. Se hicieron conocidos después de que no hubiera forma de que pudieran gozar su repentina fama. Sin que dependiera de ellos, mantuvieron a medio Chile de un hilo, y todo lo que fuera un detalle de sus vidas de la nada comenzaba a importar a las secciones de reportajes de los días domingo. En 10 días la vida de ambos terminó con un triste funeral.

Entonces, ¿En qué se diferencian?. A simple vistas, es fácil distinguir el abismo que los separa. Mientras uno fue asesinado y fragmentado para esconder la relación homosexual que mantenía con un tipo de clase media, por medio de la cual pretendió abastecer económicamente su adicción a las drogas, el otro había decidido terminar su vida, apabullado por la velocidad e indiferencia con que avanza el individual mundo globalizado.

Sin embargo, las diferencias son más de fondo. Sin saberlo, ambos representan lo más triste de la llamada “escandalosa desigualdad”. Ambos parecieran haber jugad papeles en el rey y el mendigo: dos hermanos separados al nacer, a los que les toca disímiles papeles en la vida, y que en este caso al final se ven castigados de la misma manera por una sociedad que no ve(y pareciera no interesarle) lo que les sucede, sino hasta que su realidad alimenta suficiente morbo como para ser titular de tabloide.

Sólo les faltó haber alcanzado a intercambiar roles. Talvez con la Línea 4 habrían podido.-