¿Quién dijo miedo?
Hoy tuve una experiencia heavy. Y fue así justo por un muy buen artículo que leí hoy en La Nación Domingo(ver aquí), el que contrastaba las altas tazas de percepción subjetiva de criminalidad, con las bajísimas estadísticas objetivas de delincuencia en Chile. Mientras el promedio de asesinatos en el mundo por cada 100 mil habitantes es de 12, en América Latina es de 24, pero en Santiago, nuestra ciudad capital, es sólo de 2. Poco en concreto, pero mucho, mucho miedo, el que deriva en una industria de más de 450 millones de dólares, la de las famosas empresas de seguridad, y que ha significado el último chaleco salvavidas de un candidato presidencial que lee su propia crónica de una muerte anunciada.
Pero nada de esto habría sido tan heavy si no me hubiera pasado lo de hoy. Vengo recién llegando de haber ido a dejar a una gran amiga al terminal de buses. Mientras esperábamos que partiera el bus, un señor de tercera edad y a primera vista muy sencillo, nos preguntó si nos íbamos a quedar más rato, para que le cuidáramos su bolso mientras íba a comprar una bebida. Desapareció 10 minutos, los suficientes como para que un delincuente se hubiera llevado su pequeña mochila, que parecía contener las pocas cosas que este noble hombre poseía. Y sin embargo el no dudó en dejarnos sus cosas ahí, confiado, feliz. Parecía de otra época(y ciertamente lo era), una persona que talvez no sabía mucho, pero aún así tenía mucho que enseñar. ¿Podremos retomar lo que como idiosincracia alguna vez parecimos tener? ¿Podremos reencontrarnos con nosotros mismos? ¿Volver a mirar al de al lado con otros ojos, más comprensivos, con más confianza? Yo prometo que empezaré, desde mañana mismo, a intentarlo. Reconozco que últimamente he estado bien paranoico, y eso que nunca me han robado ni han estado cerca de hacerlo. Haré todo mi esfuerzo por cambiar, y empezar a propagar un nuevo sentimiento anti miedo, pro confianza.
Cuando el caballero volvió, nos ofreció feliz unas galletas, por haberle cuidado sus cosas, nos dijo.
Pero nada de esto habría sido tan heavy si no me hubiera pasado lo de hoy. Vengo recién llegando de haber ido a dejar a una gran amiga al terminal de buses. Mientras esperábamos que partiera el bus, un señor de tercera edad y a primera vista muy sencillo, nos preguntó si nos íbamos a quedar más rato, para que le cuidáramos su bolso mientras íba a comprar una bebida. Desapareció 10 minutos, los suficientes como para que un delincuente se hubiera llevado su pequeña mochila, que parecía contener las pocas cosas que este noble hombre poseía. Y sin embargo el no dudó en dejarnos sus cosas ahí, confiado, feliz. Parecía de otra época(y ciertamente lo era), una persona que talvez no sabía mucho, pero aún así tenía mucho que enseñar. ¿Podremos retomar lo que como idiosincracia alguna vez parecimos tener? ¿Podremos reencontrarnos con nosotros mismos? ¿Volver a mirar al de al lado con otros ojos, más comprensivos, con más confianza? Yo prometo que empezaré, desde mañana mismo, a intentarlo. Reconozco que últimamente he estado bien paranoico, y eso que nunca me han robado ni han estado cerca de hacerlo. Haré todo mi esfuerzo por cambiar, y empezar a propagar un nuevo sentimiento anti miedo, pro confianza.
Cuando el caballero volvió, nos ofreció feliz unas galletas, por haberle cuidado sus cosas, nos dijo.
3 Comentarios:
Yo no pienso mucho en lo que me pueda pasar, eso me permite salir a la calle mas tranquilo, pero es mi caso, yo sabría que hacer si me asaltaran, ya lo he vivido.
Me preocupo mas por mi hermano, porque no se si el tendría la misma suerte que yo.
La gente no ve la gravedad de las cosas hasta que las vive en carne propia; por cierto eso igual preocupa.
Saludos.
Pedro Pablo,
Que interesante tu reflexión, día a día vamos perdiendo habilidades y ganando otras.
Creo que lo esencial de vivir en sociedad es sentirnos seguros y felices de compartir e inventar mundos junto a otros, pero cuando estas realidades se comienzan a carcomer por el miedo, solo tenemos dos opciones paralizarnos ante esto o movilizarnos para mejorar lo que tenemos hoy.
Creo que tu ya escogiste cual opcion tomar.
Saludos.
PP, que bueno que vas a tomar esa nueva portura, porque recuerda que al principio... no aceptaste sus dulces galletas...
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